Al notar una fuga de combustible en su automóvil algunos conductores comienzan a pensar que aún es posible continuar camino, especialmente si la distancia que queda por recorrer es pequeña.
Sin embargo, nuestros expertos desaconsejan conducir con una fuga de combustible por varios motivos:
- Muchos de los fluidos que se usan en los vehículos son inflamables, corrosivos y venenosos. La gasolina es quizás el peor de estos líquidos.
Cuando la gasolina alcanza una temperatura de 295 grados centígrados, puede encenderse espontáneamente. Por ejemplo, si hay una fuga y la gasolina gotea sobre alguna pieza metálica del motor que se encuentre caliente, como el colector de escape, puede provocar un incendio que se extenderá muy rápido. - Aun cuando el combustible no gotee sobre el metal caliente, la situación sigue siendo peligrosa, ya que una simple chispa puede provocar un incendio. Incluso una persona fumando cerca es suficiente para multiplicar el riesgo de ignición.
- Existe otro peligro de fuga de combustible. La gasolina contiene monóxido de carbono, un gas peligroso que puede causar síntomas similares a los de la gripe: náuseas, mareos, dolor de cabeza intenso y sordo, visión borrosa, dificultad para respirar y confusión. Estos síntomas pueden afectar su capacidad para conducir con seguridad.
¿Cuáles son las señales de una fuga de combustible?
La presencia de un charco de gasolina debajo del vehículo es una de las señales más seguras de una fuga de combustible. Sin embargo, existen otros signos o síntomas que pueden indicar el mismo problema.
- Fuerte olor a gasolina mientras conduce
- Aumento del consumo de combustible
- Ralentí brusco
Ahora ya lo sabes. Si notas un olor característico a gasolina o cualquier otro signo de fuga de combustible, detén el auto y ponte en contacto con uno de nuestros mecánicos para revisar tu vehículo de inmediato.
